Las cosas no son siempre lo que parecen. El pastelito que tiene más buena pinta de todo el buffet, el que decides que es la mejor opción para disfrutar de tu postre sin remordimiento alguno. Ese color, esa forma te está llamando como ningún otro. Lo hueles, lo miras y lo coges. Convencidísima de que va a ser como un pedacito de cielo, peeeero, resulta que no. Que su sabor no es para nada como habías imaginado. Con los cactus y suculentas tenemos una sorpresita de esas características, aunque no es tan mala como elegir un postre que no merece la pena. ¡Con los postres no se juega!
Cactus y suculentas son las plantas que cualquiera tiene que tener en casa. Es una especie de obligación. Además quedan monísimas literalmente en cualquier sitio. Y sí, para ti también son perfectas tanto si tienes 24 horas del día para dedicarle a ellas o si no paras ni un segundo por casa. Pero sucede algo muy curioso y es que la diferencia entre cactus y suculentas es MUY grande. Bueno, se suelen entender como dos plantas totalmente distintas, pero si te decimos que esto no es así. ¿Cómo te quedas? Por aquí alguno que otro se ha caído de la silla de la ofi.
Vamos a entrar en más detalle, que estás bombas así de golpe no se pueden soltar sin ningún tipo de explicación.
¿Qué relación tienen los cactus y suculentas?
Estate atenta porque esto trae cola. ¡Agárrate! La botánica no distingue casi nada a cactus y suculentas. En realidad son los cactus y las crasas los que están dentro de la familia de lo que se conoce como suculentas. WHAAAT?? Sí, los cactus son suculentas. Y sí, los cactus y las crasas son familia, pertenecen los dos a la familia de las suculentas.
Y dirás “pero si no se parecen en nada”. Cierto, pero no todos los hermanos son idénticos. Hay un motivo que hace que no se parezcan ni en el blanco de los ojos. Y es el sitio donde han crecido. Tanto cactus como crasas crecen en lugares totalmente distintos, por lo tanto el clima también lo es, provocando que tengan que desarrollar dos maneras distintas de adaptación y formas muy diferentes. La diferencia más clara está en la manera en la que tienen de guardar el agua.
Benditos cactus
Ellos, los reyes del desierto. Viven en lugares donde la lluvia es más bien escasa. Lo que antes eran hojas ahora son espinas y es gracias a ellas que se pueden proteger del sol y evitar deshidratarse cuando hacen la fotosíntesis. Esas mismas espinas que te pinchan cada vez que mueves a tu cactus, pues son ellas las que cogen las gotitas de agua del rocío de la mañana. Son ellas las que le dan la vida a los cactus.
Llega el turno de las crasas
Estas monadas regorditas nos tienen el corazón robado. Las crasas tienen algo espectacular y es que ellas solitas son capaces de gestionar sus recursos de agua. Lo que hacen es almacenar el agua en distintas partes y guardarla por si algún día se te pasa regarlas. Almacenan el agua en sus hojas y lo que hará que sean más carnosas o menos es el riego. Si las riegas más a menudo estarán más gorditas y si las riegas menos, no lo estarán tanto.
Así que sí, dentro de cactus y suculentas hay una pequeñita diferencia. Solo una muy pequeñita. 😛