Hay batallas que no se eligen luchar y deben lucharse. El cáncer de mama es una de ellas. En el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, recordamos que muchas mujeres tienen sentimientos encontrados cuando les dicen que son unas luchadoras por haber pasado por ello.
Dos testimonios. Alba y Ángela. Ambas pasaron por un cáncer de pecho y sufren una mutación genética hereditaria. Cuando les dicen que son luchadoras y valientes, se les cambia la mirada. Lo son. Se sienten como tal a veces, pero también nos recuerdan que no es una lucha elegida y que debemos ir con cuidado porque la persona que se va o pierde esta batalla contra el cáncer no es menos luchadora que otra que gana.
Alba, de 38 años, se encontró un bulto en el pecho y fue a revisárselo. Cuando le confirmaron que era cáncer y que tenía una mutación genética, también le dijeron que estaba embarazada. No estaba buscando ser madre y pensó que un embarazo y un procedimiento de quimioterapia eran incompatibles. Tuvo la suerte de ir a un especialista que le dijo que podía tener a su bebé. Vivió todo su tratamiento y se mentalizó como si los efectos secundarios fuesen propios del embarazo y no de la quimio.
A ella le cambió la vida. Se la cambió para bien. Se consideraba una persona autodestructiva. Tener un cáncer le hizo ver que la vida era algo más, que no valía la pena ser así y se volvió optimista, con ganas de vivir cada día y de aportar. Por eso, terminó trabajando en un hospital. Ahora, regala una sonrisa cada día.
Ángela, de 31 años, descubrió que tenía la mutación genética BRCA-2 y un pequeño tumor en el pecho. Antes, su prima había padecido un cáncer muy agresivo con el que terminó con diferentes prótesis. Ella reafirma que le debe la vida a su prima, porque sin su cáncer, toda su familia no se hubiera hecho las pruebas genéticas.
Al descubrir el gen y ser genético, había un 50% de posibilidades de que sus hijos lo tuvieran y le explicaron las opciones reproductivas que tenía. Al principio no se lo planteaba, pero cuando pasó por la extirpación y la mastectomía decidió con su pareja que iban a evitar a sus hijos todo ese sufrimiento a través de la reproducción asistida. “Esa decisión es mi primer acto de amor hacia mis futuros hijos”, comenta emocionada.
Este año hemos elaborado una campaña donde el 100% de los beneficios de los productos de esta colección van destinados a GEICAM para que se avance en la medicina, para que se avance en la investigación y cada vez hablemos menos de este día.