Hoy dedicamos nuestra Colvinpedia a una flor que encanta y seduce. Es conocida por su perfume y por sus cultivos, que crean mares de color morado. ¿Ya sabéis de qué flor hablamos? ¡La lavanda!
Pertenece a la familia de las plantas aromáticas y hoy os queremos contar un poco más sobre los cuidados de la lavanda, sus propiedades y alguna que otra curiosidad.
Se la conoce también como espliego y es una hierba aromática de la cuenca del Mediterráneo, Canarias e Islas Azores. Sus flores violetas y su inconfundible olor hacen que hasta el más despistado la haya visto en algún momento de su vida. Además, es una planta esencial para nuestro ecosistema. Es una planta melífera, atrae a las abejas y les proporciona polen, propóleo y mielada que usarán después para hacer la miel.
Tiene una base leñosa que puede medir entre 20 y 60 cm de altura. Sus hojas son simples y tienen un color verde grisáceo. Sus inconfundibles flores son de color azul o violeta-lila, pequeñas y repartidas en una espiga. Florece de junio a septiembre, por eso su nacimiento está muy relacionado con la alegría y la llegada del verano. Existen nada más y nada menos que más de 60 tipos. La lavanda es muy conocida por su inconfundible aroma, pero también se puede utilizar para decorar: su forma y color hacen que sea preciosa 🙂
Cuidados de la lavanda: todo para verla preciosa
Los cuidados de la lavanda no son muy complicados. La lavanda es un arbusto silvestre y por este motivo se considera una planta rústica. Al ser una planta de este tipo hace que no tengamos que dedicarle muchísimo tiempo para que crezca bonita y fuerte. Es una flor que puede crecer incluso en zonas rocosas y a pleno sol, cosa que ya nos indica que no será difícil cuidarla. Para todos aquellos que no tienen mucho tiempo para dedicarle, ¡es perfecta!
Un aspecto que suele ser muy importante en algunas flores y plantas es el lugar donde se planta. ¡Esto con la lavanda no es un problema! No hay un lugar específico para cultivar la lavanda, solo procurar que el lugar donde se plante tenga las condiciones necesarias para que pueda estar cómoda. Vale, ok, pero…¿Qué condiciones?
Uno de los cuidados importantes de la lavanda en cuanto al suelo es que tiene que tener buena aireación, esto quiere decir que no se tiene que plantar muy cerca de otras plantas. Es mejor dejar cierto espacio para que pueda crecer con normalidad, ¡necesita espacio! Otra cosa a tener en cuenta del lugar de plantación es que le de el Sol directamente. Al menos durante unas seis horas al día, ¡le encanta la luz!
En cuanto a los cuidados de la lavanda, conocer el sustrato que se le tiene que proporcionar es importante. Necesita un sustrato alcalino, es decir, con un pH elevado. Este es un aspecto muy importante a tener en cuenta, ya que, hará que nuestra flor crezca estupendamente 🙂
Riego de la lavanda
El riego es uno de los cuidados de la lavanda del que menos hay que preocuparse. ¿Sabías que la lavanda soporta épocas en las que no tiene agua y sobrevive? Pero hay un momento en el que sí que se le tiene que prestar atención al riego, especialmente en los meses de crecimiento donde se tiene que regar de forma moderada. La lavanda siempre prefiere poco riego.
En los meses de calor lo perfecto es regarla una vez a la semana pero siempre que el sustrato esté seco, si no sus raíces pueden pudrirse.
Durante los meses de frío los riegos tienen que ser más espaciados y si es posible las mejores horas para hacerlo es en las horas centrales del día. De esta manera cuando llegue la noche sus raíces ya no estarán húmedas. Evita mojar sus ramas y flores, sino se corre el riesgo de que en la planta salgan hongos.
Abono y lavanda
¡Alerta! Es totalmente desaconsejable abonar la lavanda, al ser una planta rústica no es exigente en cuanto al suelo. Si se fertiliza demasiado puede provocar que la lavanda pierda su espectacular aroma. Por otro lado, si el suelo es muy pobre sí que se aconseja que antes de la época de floración se le ponga una disolución mínima de fertilizante.
Podar la lavanda
La poda es uno de los cuidados de la lavanda que es realmente importante. A principios de primavera o cuando llega el otoño se tiene que realizar una pequeña poda. Nunca debe superar la mitad del tamaño de la planta. Esto hará que crezcan nuevas ramas y estimulará también sus flores.
Propiedades y usos de la lavanda
Esta flor fue usada en estado salvaje hasta principios del siglo XX. A partir del siglo XVI se empezó destilar para extraer el valioso aceite que acumula en sus flores. Los griegos y los romanos ya usaban la lavanda para perfumar el cuarto de baño y la ropa recién lavada. De hecho, la palabra “lavanda” viene del latín “lavare”, que significa “lavar”.
Su perfume es suave y aporta calidez y armonía allá dónde se coloque, ayudando a conseguir un estado de relajación y calma. Es una flor muy importante y gran protagonista en la historia de la perfumería y hasta hoy. La lavanda sigue siendo una de las flores más utilizadas y familiares en la preparación de perfumes, aceites, jabones, cremas… Además tiene una larga lista de beneficios para el organismo. La lavanda puede tener propiedades antidepresivas y anti-inflamatorias. Su uso es común para tratar fuertes dolores de cabeza, golpes o incluso picadas de insectos.
¿SABÍAS QUE… las flores de la lavanda cosechadas por la mañana contienen más aceite esencial y las cosechadas por la tarde-noche son más aromáticas?
Es muy común en ella formar híbridos con el espigo o la alchucema y a estas nuevas flores se les llama lavandines. Son como los hijos de la lavanda. 🙂
La Colvinpedia
No olvides que si te interesan las flores y quieres aprender más sobre sus propiedades y curiosidades no puedes perderte la Colvinpedia 🙂