Ellas fueron las primeras en llegar y siguen tan bonitas y pisando tan fuerte como el primer día. Han llegado a nuestros oidos algunos rumores sobre ellas. Hoy hablamos de los mitos sobre flores más contados. ¿Te apuntas a ver si es cierto o falso lo que se dice sobre ellas?
¡Aviso a navegantes! Los mitos sobre flores que estás a punto de leer puede hacer que adores todavía más a estas pequeñajas. Son 3 afirmaciones las que queremos tratar a continuación y seguro que te hacen cambiar un poquito la forma en que las ves.
1. Las flores siempre huelen – FALSO
Esta frase persigue a toda flor que se precie, pero hay una que va acompañada siempre siempre por la idea de que su olor deja a cualquiera sin palabras. Esa es la rosa y hoy queremos afirmar que no siempre es así.
¿Por qué decimos que esta afirmación es falsa? Porque realmente no todas las flores tienen un aroma embriagador que quita el sentío. Los agricultores se han dado cuenta de que contra más fragancia tiene una flor su durabilidad es menor. Por este motivo, muchas veces prefieren hacerles una pequeña modificación genética. Con ella consiguen que las flores duren más tiempo pero huelan un poquito menos. Eso sí, se pueden seguir comprando flores con mucha fragancia.
· Flores llenitas de fragancia: aquí nos encontraríamos cara a cara por ejemplo con las peonías. Son de temporada y las solemos encontrar tal cual. Llenas de color y aromas.
· Flores con una menor fragancia: las rosas son una de las flores que se prefieren modificar para hacerlas un pelín más duraderas. El punto con ellas es que las tenemos durante todo el año y además son muy muy delicadas. Por lo que, enseguida se marchitan. Esa es la razón básica de que se decida hacerlas más resistentes y con un aroma menor.
Algo queremos dejar claro, que no huelan no implica que sean de mala calidad. Simplemente se modifican para intensificar otra cualidad, en este caso la durabilidad.
2. “La lejía y el limón son perfectos para matar las bacterias del agua” – VERDADERO/FALSO
Aquí tenemos esos mitos que llegan desde muy lejos. De los que van pasando de abuela en abuela hasta llegar a nosotras. Es uno de los consejos que lleva muchos años ahí pero no acaba de convencer del todo.
Es totalmente cierto que la lejía (un poquito, no te pases) mata las bacterias del agua, pero también es verdad que no es lo mejor para las flores. Con el limón pasa lo mismo, este es un ácido por lo que, conseguirás matar los bichitos del agua pero las flores sufrirán un pelín. Vamos que ambos hacen su función pero son nocivos para la flor.
Recomendación: ni lejía, ni limón, ni mejunje alguno. La recomendación de las recomendaciones, palabra de Mireia, nuestra florista, es cortar el tallo en diagonal y cambiar el agua cada 2 días. Con esto lo tienes todo. Mejor no ponerle nada al agua y hacer estos dos pasos.
¿Y qué pasa con los sobres de las vitaminas? Nuestras vitaminas son especiales para las flores. Lo que hacen es evitar que el tallo se pudra y ayudan a que la flor absorba el agua con mayor facilidad.
3. “Las flores son perfectas” – FALSO
Este mito sobre flores nos parece muy interesante. Se dice y se cuenta que las flores son perfectas. Colores impecables y texturas inigualables sin un solo fallo. Lamentamos decirte que no es así. Las flores frescas llegan directas desde el campo. Esto quiere decir que una vez tienes tu ramo en casa, hace 2 días que ellas estaban en el campo. Por lo que, prevalece la frescura a la perfección. Nunca una flor será igual a su compañera de campo.
Son perfectas en cuanto a lo que simbolizan, a todo el lenguaje que llevan detrás. Ellas llegan desde el campo, con abejas, tierra y humedades.