La gerbera pertenece a la Asteraceae o la familia de las Compuestas. Tiene un tallo largo de aproximadamente 40 cm, de un color verde vistoso y cubierto de una suave pelusa blanquecina.
Así como las margaritas, tiene pétalos alargados y dispuestos alrededor de un centro circular. El centro se caracteriza por tener diversas tonalidades de marrón, que pasan por el naranja, hasta coloraciones crema o amarillo. Sus pétalos son un festín de colores que pueden ser blancos, rosados, rojos, morados, naranjas, amarillos, incluso algunos mezclados entre sí.
Estas flores hacen alusión al amanecer y muestran su mayor esplendor con la salida del sol, haciéndole un homenaje al abrir sus pétalos con la llegada de la luz del día y como las bellas damiselas, se cierran de nuevo al anochecer, pero se resisten a ello cuando hay destellos de luz que las hacen brillar.
A pesar de que haya sido cortada, esta flor es muy resistente y se conserva muy bien en el agua, dejando ver su belleza durante varios días y adornando cualquier lugar.